Un hogar entre las aulas: la historia de Huachimingo
Como cada mañana a primera hora, entre el ir y venir de los estudiantes y funcionarios, un personaje de cuatro patas espera recostado al borde de las escaleras. Huachimingo, como muchos lo llaman, es un perro callejero que ha convertido la universidad en su hogar. No tiene un dueño fijo, pero sí una comunidad completa que lo llena de cariño día tras día.
AUDACES
Catalina Mellado
4/17/20253 min read


La historia de su renacimiento
Nadie tiene certeza de cuándo llegó a varar en la calle, pero apareció en la sede Curauma en el año 2018 con el pelaje mal cuidado, las orejas caídas y un deplorable estado de desnutrición que solo le permitió arrastrar su cuerpo hasta la entrada de la universidad.
Lo primero que llamó la atención fue su postura y la peculiar manera en la que caminaba, con un intento notorio de evitar pisar para no aumentar su dolor. Con el pasar de los días se le otorgó el diagnóstico que marcó su vida hasta el día de hoy, una displasia de caderas crónica fruto de un atropello que nunca se trató. A pesar de esto, lo que parecía el inicio de una historia triste, se transformó en un relato de lucha y amor colectivo
En aquel tiempo, la comunidad universitaria ya había sufrido la pérdida de Cholito, otro perrito comunitario atropellado en las afueras del campus. Esta ausencia dejó un vacío, pero también un espacio para que Huachimingo encontrara un hogar en la sede junto a Peque, también conocida como Negra. Con el apoyo de “Perritos Curauma” y voluntarios, Huachimingo se fue recuperando y empezó a formar parte del día a día del alumnado.
“Ha generado un ambiente mucho más cálido. Es un símbolo de cariño y compañía, por lo que muchas veces verlo o acariciarlo te mejora un poco el ánimo”, menciona Leire Rodríguez, colaboradora del movimiento “Perritos Curauma”.
El gran amor de la comunidad
En un momento, las autoridades decidieron retirar a los perros comunitarios y llevarlos a un canil. La noticia generó indignación, pues durante años, Huachimingo junto a otros cachorros habían convivido pacíficamente con la comunidad sin reportes de agresiones ni otros inconvenientes. La respuesta no se hizo esperar, estudiantes, profesores y funcionarios se unieron en defensa de los canes, enviando cartas de apoyo y organizando una campaña en redes sociales bajo el hashtag #Huachimingonoseva.
“Él une a los estudiantes, todos lo conocen, lo alimentan, lo cuidan, lo acarician y velan por su salud, entonces genera un sentido de comunidad súper bonito”, asegura Leire.
La presión mediática y el respaldo legal de la Fundación Abogados Por Los Animales (APLA) permitieron demostrar que no había razones válidas para expulsarlos, ya que estaban vacunados, chipeados e inscritos en el Registro Nacional de Mascotas como perros comunitarios. Esto se logró por la gestión de Karen Espejo, estudiante de Bioquímica y fundadora del movimiento Perritos Curauma.
Producto de la unión de la comunidad, Huachimingo consiguió quedarse. Hoy en día, goza de una mejor salud, con sus vacunas al día y una alimentación asegurada gracias al apoyo de, principalmente, funcionarios y profesores, quienes contribuyen para comprar su comida y costear sus remedios. De esta forma recibe su medicamento diario para aliviar el dolor de su cadera, un gesto de amor constante por parte de quienes lo consideran parte de la familia universitaria.
“Es el más popular, le gusta hacerse notar con sus ladridos y llamar la atención con sus orejas, es considerado como el simpático”, comenta Sandra Zelado, trabajadora de la carrera de Biología, quien se encarga de él en la actualidad.
Más allá de cuatro patas
Más allá de cuatro patas
Huachimingo no es solo un perro callejero, es un compañero más en la sede. “Le encanta que le hagan cariño y que le demuestren que es el más amado”, menciona Sandra.
En un mundo donde nos vemos consumidos por el tiempo, los trabajos y evaluaciones, él nos recuerda que se puede seguir adelante a pesar de las adversidades.
Si alguna vez caminas por el campus Curauma y ves un perrito robusto, de pelaje oscuro con tonos dorados y luciendo un collar café, dale una caricia, eso bastará para hacer la diferencia en la vida de Huachimingo.

