Mark Lenox: Cuando la obsesión vence al talento
Maximiliano Verdugo (21), conocido en el ring como Mark Lenox, es un prospecto consolidado de la escena del wrestling en la Región de Valparaíso, una disciplina que se ha convertido en su pasión. Ha participado en promociones como Nueva Alianza Guerrera (NAG), Fénix Lucha Libre (FNX) y Valparaíso Lucha Libre (VLL). Además de estudiar periodismo en la PUCV, llevó sobre sus hombros el Campeonato Nueva Frontera de NAG durante 365 días.
AUDACES
Juan Carlos Muñoz
10/2/20255 min read


Cerca de las doce del mediodía, bajo la agradable sensación térmica del sol de otoño, me reuní con Maximiliano en las escaleras del casino del campus Curauma. Maximiliano vestía un polerón azul marino, jeans de mezclilla y llevaba consigo una mochila con ropa de cambio (estaba listo para ir al gimnasio).
Maximiliano me comentó que desde chico era “maldadoso”: no era alguien agresivo, pero a veces caía en las provocaciones. Vivía en el Cerro Placeres de Valparaíso, no salía mucho de casa y se llevaba bien con los vecinos. Dichos matices formarían su personaje como luchador.
— ¿Cuál fue tu primer acercamiento al wrestling?
— Cuando era chico no me llamaba la atención la lucha libre, era más de los Transformers [risas]. Mis compañeros de clase insistieron en que viera la WWE por televisión y un día me tope con una lucha de jaula y me fascinó. A mi padre le contaron que había promociones en la ciudad. Un día me llevó a un evento en el Club Árabe en calle Colón, producido por Valparaíso Lucha Libre, y quedé asombrado porque tenía chilenismos y era más violento.
— ¿En qué momento decidiste forjar una carrera como luchador?
— Como a los trece años, hablé con mi papá y me dijo que lo hiciera. Con mi mamá fue más difícil, sin embargo, le mostré videos de lo que hacían algunos chicos en las escuelas y ahí me dijo: “te dejo siempre y cuando subas las notas” [Risas]. El gatillante fue cuando una empresa hizo un evento en el Fortín Prat en 2016, ahí empezó mi travesía. Luego mis padres me acompañaron a mi debut en un show a puertas cerradas en el 2019.
— ¿Ha sido indispensable el apoyo de tu familia?
— Sí. Desde el inicio mis papás siempre me han apoyado, algunas veces se ponen nerviosos cuando asisten a los eventos. También, les ha tocado apoyarme con diferentes lesiones que han sido feas y su apoyo emocional en cada ocasión que lo amerite.
En medio de la entrevista, el calor empieza a aumentar. Maximiliano saca de su mochila una botella con jugo para refrescarse y mantener su templanza. A pesar de conocernos previamente, se encontraba algo nervioso.
— ¿Ha cambiado drásticamente tu rutina diaria? ¿Has tenido que asumir nuevas responsabilidades?
— Intento compaginar las luchas con mis estudios. Afortunadamente, mi carrera tiene varias aristas y el año pasado encontré un camino en las redes sociales para sacar provecho de ambas cosas. Antes iba a entrenar cuatro veces a la semana y ahora solo voy una porque tengo que estudiar. Dependiendo de mis ventanas en la universidad, trato de entrenar en la mañana o en la tarde en el gimnasio.
— ¿Hay algún contraste entre el personaje de Mark Lenox y Maximiliano Verdugo?
— Mark Lenox soy yo con mis gustos a un nivel exagerado, como si me hubiera tomado diez mil energéticas. Trato de añadir un toque de lo que me está gustando en el momento. Cuando partí luchando en NAG, estaba metido en el mundo del rock de los 80, 90s y escogí un tema de Journey, “Separate Ways”, como mi canción de entrada. Hoy estoy más inclinado al reggaetón antiguo; me decanté por “Perros Salvajes” y algunas veces aparezco perreando en los shows [Risas]. Si la gente me apoya por quien soy, estoy satisfecho porque sé que van disfrutar el show.
— ¿Existe presión y expectativas en el mundo de la lucha libre?
— Yo creo que la presión es de uno mismo. Quiero hacerlo bien y que la gente me reconozca, para luchar en los mejores sitios del país o salir al extranjero, por ejemplo a España. Mi prueba de ello es cuando la gente se me acerca en la calle.
— Dentro de tus compañeros en la lucha libre ¿Quién te provoca una genuina admiración?
— Destaco a dos amigos de NAG. Mr. George fue mi primer rival y he aprendido mucho de él. Si bien en la ficción nos odiamos, fuera del personaje me ha enseñado mucho sobre la lucha y la vida, de hecho, cuando terminamos nuestra rivalidad, nos pusimos a llorar. Otra persona importante es mi compañero El Renacido, juntos formamos la dupla de los “Perros Salvajes”. Él es un cabro que quiere crecer y tiene mucho futuro. Me ha ayudado con mis frustraciones y es como un hermano chico [Risas].
— ¿Cómo es el proceso de lidiar con una lesión?
— Las dos veces que me he lesionado han sido graves. La primera fue cuando caí de cabeza sobre la lona y estuve dos semanas fuera; luego, me lesioné el hombro y eso me dolió aún más porque estuve un mes sin entrar al ring. El proceso de recuperación es incómodo, porque lo frustrante es tener que bajarte de eventos grandes y ver que tus compañeros pueden asistir y tú no.
A inicios de 2024, mientras defendía su título regional de VLL, Maximiliano sufrió un accidente que casi provoca su retiro de los encordados. Al ejecutar una maniobra sobre las cuerdas, cayó sobre su cabeza y se dobló el cuello, lo que le causó un leve esguince cervical. A pesar de ello, logró terminar la pelea y salir victorioso. El momento fue captado en video y se viralizó rápidamente en redes sociales, incluso, difundido por plataformas internacionales como la página @botchclub.
— ¿Existe una preparación tanto física como mental antes de un combate?
— Entreno a base de estiramientos: mover articulaciones, tobillos, caderas y sobre todo cuello. Cuando suena mi música de entrada me persigno para que todo salga bien. Como luchadores siempre nos preocupamos por cuidar al compañero, todo debe salir perfecto.
— ¿Cuál es el momento más gratificante de tu carrera?
— Hay muchos, pero destaco la rivalidad que tuve con Mr. George, ya que trascendió a otras empresas de la Región de Valparaíso. Eso me permitió ir a luchar a lugares que consideraba un sueño.
En la fase final de la entrevista, aparecen compañeros de clase y Maximiliano los saluda fraternalmente, al mismo tiempo que ve pasar a lo lejos a un trabajador del área audiovisual de la universidad.
— Bajo tu percepción ¿cuáles son los mayores retos de la lucha libre chilena?
— Las promociones de lucha en Chile tienen distintas posturas: algunos buscan grandes eventos, otros lo hacen por amor al arte o caridad. Aunque muchos aspiran al profesionalismo de la WWE, con tecnología avanzada, no es imprescindible. Recientemente, la lucha libre volvió a TV en La Red con Orden Lucha Libre, pero ha habido algunos problemas. Yo creo que el mayor desafío en la escena local es que luchadores internacionales reconozcan el producto chileno y ayuden a expandirlo, sin depender solo de la televisión.
Al finalizar la entrevista, Maximiliano regresa a su rutina universitaria con su botella de agua vacía, pero el fin de semana volverá a convertirse en Mark Lenox, afianzándose en la escena del wrestling chileno. Con la mirada puesta en presentarse en otras regiones y comercializar su propia mercancía, entiende la lucha libre como un arte que requiere esfuerzo y dedicación. A pesar de las caídas, demuestra que en cualquier disciplina, los objetivos son alcanzables cuando la obsesión vence al talento.