Froilán Planchet: Una carrera que no se detiene

Froilán Planchet (22), estudiante de segundo año de kinesiología PUCV, es un atleta destacado que, a pesar de sufrir diversas lesiones, se incorpora una y otra vez a la pasión que lo mueve, representando en múltiples ocasiones a la universidad y su club.

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Dagmar Gillibrand

4/9/20256 min read

Fotógrafo: Oscar Muñoz Badilla

Era un día soleado en el campus Curauma cuando Froilán llegó al quinto piso del edificio en el que lo cité para la entrevista. Sin una sola gota de sudor, me saludó con entusiasmo, se sentó y mencionó con total tranquilidad: “Subí corriendo por las escaleras”. A veces las acciones demuestran más que las palabras y, en esta ocasión, el compromiso con el deporte es obvio: ni ascensores, ni atajos.

- ¿A qué disciplinas te dedicas y en qué consisten?

- En mi vida me he dedicado a salto largo, salto triple y a correr 100, 200 y 400 metros. Desde 2022 me dedicaba a hacer solo salto triple, que es lo mismo que salto largo, solo que la tabla de salto está a 13 metros antes de la arena, entonces en esos 13 metros se dan 3 saltos y recién ahí se cuenta el puntaje según la distancia en la que caes en la arena. A principios de 2023 tuve una lesión, me corté el ligamento cruzado anterior, por lo que recién en 2024 retomé el atletismo de velocidad como tal y ahora estoy evaluando volver a saltar este año.

Hace dos años, Froilán vivió una de las etapas más difíciles de su carrera deportiva. Mientras se encontraba en su mejor momento, tras salir campeón en los Juegos Binacionales, sufrió aquella grave lesión. En esa competencia, llevada a cabo en Argentina, solo los atletas seleccionados por cada región pueden participar, lo que hace que el torneo posea alto prestigio. El proceso de recuperación fue largo y de duro trabajo, no obstante, ha comenzado a regresar a su nivel habitual de rendimiento.

- ¿Qué te motivó a practicar atletismo?

- Antes de hacer atletismo jugaba fútbol. Estuve en las inferiores de Everton en 2015, pero tuve un problema con un profesor y terminé saliendo a la mala, yo tenía 12 años y la mentalidad se me fue en picada. No me gustaba esa presión que hay en los deportes colectivos, eso de que si me equivoco no me afecta solo a mí, sino que perjudico al equipo entero. De esta manera decidí probar con el atletismo. Mi mamá siempre me había dicho que lo intentara y mi tío también practicaba el deporte, así que me animé y pasó algo muy curioso...

En medio de la entrevista a Froilán le brilla la mirada y agradece que alguien le haya hecho esta pregunta que sintió tan personal.

Estaba intentando volver al fútbol. Me estaba probando otra vez en Everton y todo iba bien, pero esto lo hacía al mismo tiempo que practicaba atletismo. Hubo tres meses en los que entrenaba a doble jornada: en la mañana atletismo y en la tarde fútbol. Me acuerdo de que me estaba yendo súper y estaba equilibrando todo, ya que también seguía en el colegio, pero llegó un día clave, debido a que el último día de prueba en Everton coincidía con los regionales de atletismo; el primero en Reñaca Alto y el segundo en Playa Ancha. Tuve que decidir si me quedaba en el fútbol y seguía en el atletismo sin profesionalizarme o si me quedaba en atletismo y perdía la oportunidad de jugar a la pelota.

Quedé segundo en el regional, tomé la decisión porque me tenía fe y sabía que podía hacerlo bien. Sentí que era una señal cósmica.

- ¿Cuántas horas le dedicas al entrenamiento?

- Ahora que estoy en la universidad, entreno de lunes a sábado. Le dedico un poco menos de tiempo que antes por temas de horario, son unas tres horas o tres horas y media al día. En vacaciones entreno cuatro horas diarias. Tengo un profesor que me va marcando lo que tengo que hacer. Eso va variando según los umbrales, por ejemplo, ahora estamos en un umbral competitivo, entonces los entrenamientos son más cortos, pero mucho más explosivos. Son de esos que dan ganas de vomitar cuando terminas.

- ¿Cuáles son tus mejores marcas?

- Hay un ranking que hicieron en Santiago sobre las mejores marcas históricas de Chile. En salto triple tengo la marca número 29 en el historial del país, esa es mi mejor marca a nivel nacional. En 100 y 200 metros también tengo buenos tiempos pero no me destacaría tanto a nivel nacional, sin embargo, actualmente soy el hombre más rápido de la región de Valparaíso.

- O sea que tienes metas a futuro.

- En cualquier momento vuelvo a saltar. Sé que ahora, con esta nueva mentalidad después de mi lesión, las cosas van a cambiar mucho. Mi objetivo es posicionarme primero en el ranking chileno, meterme en el ranking sudamericano y seguir creciendo desde ahí.

- ¿Has competido por la universidad?

- Sí, he competido por la universidad. El año pasado participé en el Nacional Universitario, donde quedamos cuartos a nivel masculino por solo dos puntos. Pero este año cambia la historia, estoy convencido de que vamos a quedar terceros, sí o sí. También competimos en una posta, es una competencia llamada LDES Zonal en la que quedamos primeros.

- ¿La PUCV te ofrece apoyo de alguna manera?

- La universidad como tal, no me ofrece apoyo específico relacionado al deporte más allá del ingreso especial. A mi carrera no entré por puntaje PDT, sino gracias a mis logros deportivos y eso lo valoro mucho. Pero fuera de eso, no me han ofrecido ningún tipo de fuero académico, flexibilidad horaria o beneficios adicionales por competir y representarlos.

Agradezco haber podido acceder a la educación de esta forma, pero también entiendo que es un beneficio que está mecanizado y se aplica en la mayoría de las universidades. Lo aproveché al máximo, sin embargo, siempre supe que mi camino estaba en el deporte. Eso sí apoyo real no hay para nadie, estoy seguro de eso.

Por ejemplo, el año pasado estuvimos en el Nacional en Copiapó. Tuvimos 12 horas de viaje en bus y alojamos una semana en un hostal cerca de la pista en el que las condiciones no eran las mejores. Durante el viaje me acalambré y estuve con molestias durante todo el campeonato. Son cosas que se podrían evitar fácilmente. Siento que la universidad tiene el poder de mandarnos en avión. No sé exactamente cómo son los precios, pero estoy convencido de que se puede. En realidad, sería más por cuidar a los deportistas, doce horas en un bus no es sano. Recuerdo que incluso una vez tuvimos que pagar nuestro propio pasaje para ir a competir a Santiago.

Afortunadamente, ahora están construyendo una pista al lado del campus Curauma. Eso me alivia un poco porque ya no tendré que viajar tanto. El problema es que la pista es de solo 100 metros, cuando una pista normal mide 400, que es la vuelta completa. Habrá entrenamientos que simplemente no voy a poder hacer acá.

Además, me encantaría que hubiera equipación de la PUCV, ya que no tenemos mucho. Solo contamos con la polera con la que competimos, siendo que podríamos tener un buzo, un polerón o algo más representativo. Al final, yo estoy compitiendo por la PUCV, pero si llego a un campeonato nacional universitario, nadie sabrá de qué universidad soy hasta que me ponga en los tacos a competir y se me vea la polera que llevo debajo.

- ¿Cómo te ha ido en la búsqueda de patrocinio?

- Lamentablemente he hablado con muchas marcas y la respuesta es casi siempre la misma: si no "vendo" como persona, no les sirvo. Entonces, básicamente, como deportista solo les sirvo si hago entretenimiento. La verdad, no tengo problema con eso, pero no es fácil. Además de ser atleta, me piden ser influencer y ya son tres cosas súper demandantes en un día que solo tiene 24 horas.

Es frustrante. Hubo marcas que me dijeron: "Si compras un producto y subes contenido durante un mes, ahí vemos si podrías ser patrocinado", el tema es que los productos valen más de 50 mil pesos. Luego me ofrecieron un descuento, pero eso no me sirve a mi si no tengo los medios. Incluso, hay otras marcas que directamente te piden un número de seguidores, no te lo dicen literalmente pero te lo dan a entender, ninguna se atrevió a decirme una cifra eso sí.

A la comunidad universitaria le pediría que apoye a los atletas, no cuesta nada dar un follow y animar a quienes nos estamos esforzando diariamente por lograr algo. Hay gente que se ríe cuando uno sube cosas a redes sociales y eso desmotiva; el tema es que ya no se ríen cuando uno lo logra.

El apoyo de su madre y sus hermanos ha sido fundamental en el camino de Froilán. Son quienes siempre han estado a su lado, tanto en sus penas como en sus glorias, brindándole el respaldo emocional necesario para seguir adelante. Su madre, quien lo impulsó a probar el atletismo, ha sido su mayor fuente de motivación, mientras que sus hermanos han sido su red de apoyo incondicional. Con su familia a su lado, sabe que no está solo en su lucha por alcanzar sus metas en una carrera que no se detiene.