El grito estudiantil que la PUCV no quiere escuchar
La universidad está fallando. Y los estudiantes tienen toda la razón.
OPINIÓN
Valentina Pérez Miranda
4/27/20251 min read
Señorita Directora:
Quisiera referirme a la preocupante situación que atraviesa la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, institución que, a pesar de su reputación de excelencia, ha demostrado una desconexión alarmante con las necesidades reales de su comunidad estudiantil.
En un reciente comunicado, la Vicerrectoría Académica desconoce las razones que llevaron a los estudiantes a paralizar sus actividades. Sin embargo, razones sobran. La mala gestión institucional se manifiesta en la falta de respuestas oportunas ante problemas críticos y una burocracia excesiva que desgasta la confianza en las autoridades.
Las deficiencias en infraestructura son evidentes: salas sobrepobladas, espacios comunes insuficientes, condiciones indignas para el desarrollo académico. Como ejemplo reciente, la presencia de un ratón en una sala común de la sede Sausalito, deja bastante que desear.
La situación se agrava con una preocupante falta de protocolos de seguridad y un deficiente acceso a recursos esenciales como software, internet y apoyos económicos. El bienestar estudiantil también ha sido relegado, enfrentando trabas para acceder a becas y una desatención grave a problemas de salud física y mental.
A todo esto se suma una comunicación institucional paupérrima, marcada por decisiones de último minuto y una escasa participación de los estudiantes en temas relevantes. Asimismo, los reiterados retrasos en los aportes a la Federación de Estudiantes limitan su funcionamiento, debilitando aún más la representación estudiantil.
La PUCV continúa intentando sostener una imagen magnífica que hoy ya no se corresponde con la realidad. La verdadera excelencia educativa no se mide por discursos, sino por la capacidad de responder con eficacia y humanidad a las necesidades de su comunidad.
Negarse a reconocer las razones detrás de la movilización estudiantil solo profundiza una crisis que, a estas alturas, no se puede seguir ignorando. La universidad está fallando. Y los estudiantes tienen toda la razón.
Atte,
Valentina Pérez Miranda
Estudiante de Periodismo